capitulo cuatro

El día ha vuelto a renacer para todo el mundo, el clima a fuera es fresco hace ya mucho tiempo que no teníamos una mañana así, tan fresca tan luminosa y yo me sentía mas que aliviada, aquella consolación misteriosa con el viejito que desapareció me había llenado de una tranquila incontable, estoy segura que alguien lo mando precisamente en el momento que mas necesitaba el apoyo de alguien, ¿Cómo habrá sabido que me gustan mucho los helados? Y ¿mas de chocolate?

En la televisión anuncias puras guerras y maldad ¿Qué acaso no conocen la paz? En fin solo quiero que haya un poco de tranquilidad en esta disturbada ciudad, sin nada que festejar salgo a la calle para ir a la escuela.

Pues aunque la mañana lucia fantástica, el trafico y la monotonía seguía siendo lo mismo, pero no importa mientras yo escuche música que me lleve a otro lugar siendo el mismo de siempre, en la esquina ya cerca de la panadería que cada mañana nos deleita con el exquisito olor a pan recién horneado, encuentro a Manuel con su hermano José, los miro con una naturalidad que voy hacia ellos.

Los saludos, he José dice que me veo muy guapa que la mañana me caído bien, y yo lo abrazo, hace tiempo que no lo veía que me dio alegría por verlo, como vamos para el mismo lugar los tomo a cada uno de los brazos y echamos a andar el camino hacia el colegio, mientras platicamos.

Y regresamos a nuestra otra realidad: el colegio, positivamente pienso que hoy todo será diferente, caminamos por el largo patio y a lo lejos , cerca de las bancas donde comemos estaba sentado Ubaldo, siento que mis mejillas van a reventar, pero aparento que tengo toda la situación en control.

--dime que no es Ubaldo—dijo María
--si, si lo es—dijo Manuel
--que parte de no me digas no entendiste, en fin tendré que fingir que todo esta bien—dijo María
--si no tienes otra opción—dijo Manuel
--¿Por qué le huyes?—dijo José
--huirle yo jajaja bueno en realidad solo me incomoda su presencia—dijo María
--hay pequeña María—dijo José

Alzo mi mano en forma de saludo y Ubaldo tarda en regresar el saludo, tengo la ligera sospecha de que se ha dado cuento que me encuentro incomoda con el momento y que mi saludo solo es pura cortesía. Lo miro y creo que tiene la intención de llamarme, claro necesita compañía ahora que esta solo, pero ayer si ni me pelo ¿verdad? Sigo como si nada estuviera pasando, por que es así, nada esta pasando y sigo caminando, sin mirar a Ubaldo mas.

El había creído que yo iría corriendo hacia el,¡ pues no! Poca pero tengo dignidad no se por que demonios lo quiero demasiado y aunque finjo estar bien y entro al edificio donde esta mi salón, desde la ventana y de reojo para que nadie lo note veo desde lejos a Ubaldo, solo y siento remordimientos, pero vuelve la María con dignidad y me dispongo a entrar a mi salón sin mirar atrás.

Manuel y yo entramos y escogimos nuestros pupitres y apartamos el de Estrella, decidimos ir a nuestra clase de deportes, Manuel va platicando de los nuevos proyectos que tiene, pero irremediablemente mis pensamientos esta en otro lado de este mundo.

No es fácil sobrevivir en esta escuela, cualquier muestra de debilidad puede marcar tu fin, debes mantenerte firme que nadie pueda verte débil, frágil, vivir en una constante lucha ante burlas, criticas y gente que se cree mas popular que tu siendo que no es así, pero así es la vida desde que entre a este bachillerato y sin remedio tuve que conocer la mentira.

Buen punto para mencionar a mi mejor amiga Estrella toda una maja, poseedora de un cuerpo perfecto y de un gran talento, sabe cantar su voz nos hace sentir emociones, nos transporta a otros lugares la conocí por accidente, claro después de que mi libreta fue a dar a una desconocida y que fuera ella, desde entonces empezamos a llevarnos bien y volvernos inseparables.

Y el mundo que sigue caminando sin darse un descanso, el mundo que gira orgulloso de si mismo, el mundo que sigue andando insensible a su dolor, donde todos son iguales, excepto la necesidad de ¡PAZ!

Inquietante me siento y me interno en mis pensamientos, sigo repasando lo que creí haber olvidado y tras un momento de duda, concluyo que un error, por muy insignificante que sea, puede traerte muchas consecuencias, de las cuales puedes arrepentirte.

Y viene a mi cabeza aquella película que vimos una semana atrás, de letras y de imágenes que tenían un significado especial que en su momento no le preste mucha importancia, era una de esas películas japonesas o china, no recuerdo bien, pero si su nombre “el libro de cabecera” donde la chava que relataba la historia decía que la escritura era algo rutinario, pero con el paso del tiempo se volvía un arte precioso.

“Dios escribió el nombre de cada persona en su frente, luego escribió en sus labios, para que el dueño no lo olvidase y cuando aprobó su creación le escribió en la espalda” eso fue lo que mas se quedo en mi cabeza de aquella película y eso a la vez me llena de muchas dudas ¿crees que mi Dios me haya olvidado? ¿Crees que el mundo no cambie? ¿Para que vivir la vida de sueño en sueño y temer en la mañana cuando los sueños hayan muerto?

A veces siento ahogarme en un mar de dudas, no se que es mejor: saber la verdad o tener dudas. Es lo que me sucede con Ubaldo tengo muchas preguntas que hacerle, las que no me dejan dormir, pero no se si tenga el suficiente valor para escuchar sus respuestas, aun así preferiría la verdad, aunque tuviese que morir de dolor.

Estas serian las preguntas que me gustaría hacerle a Ubaldo: ¿alguna vez me quisiste o nada más te encariñaste conmigo? De esa única pregunta vendría las demás supongo que muchos ¿Por qué? Sola en mi cuarto mi mente empieza a realizar la escena del día en que me atreva decirle todo y hasta en mis propias lagunas mentales me he imaginado que yo le canto “The winner takes it all” como si la escena tratara de la película de Mamma mia! Cada mañana despierto con la decisión “Hoy si le robo un beso”, pero al verlo me lleno de miedo y me vuelvo pequeña y entonces se me olvida que iba a tratar de ser valiente por que sabia que pronto terminaría el bachillerato y que ya no volvería a verlo. Ubaldo hoy pudiste ser tu el hombre al cual yo estaría dispuesta a darlo todo.

Y las despedidas pueden ser viriles y hermosas mi querido amor y dulce dolor, lloro en silencio otra vez, ¡alguien puede ayudarme! La ciudad sigue siendo la jungla llena de peligros y riesgos y hasta la vida se vuelve monótona. Ojala y estuvieras aquí conmigo.

--¿ya terminaste de copiar la tarea?—dijo María
--no aguanta un poco—dijo Manuel
--pero apúrate ya me quiero ir—dijo María
--María… oye…--dijo Manuel
--¿sucede algo ratón?—dijo María
--quiero saber si tu… ¿quieres ir al baile que hará la escuela conmigo?—dijo Manuel
--por supuesto que si—dijo María
--pero solo te pido que ese día no seamos amigos, solo desconocidos ¿vale?—dijo Manuel
--vale—dijo María

Ya había entendido las palabras de Manuel, lo que el quería es que por primera vez lo viera como un hombre que ama y no como un hermano, no como mi ángel, sabia que esto pasaría y que el me pidiera amor y que yo no le pudiera ofrecer nada, nada mas una simple amistad que cruel soy y me siento culpable, pero yo no puedo escoger a quien amar, como me gustaría sentir lo que el siento por mi, pero por mucho que lo intento no puedo amarlo.

Aun no tenia las cosas claras, el recuerdo de Ubaldo me venia de momento y me preguntaba a mi misma ¿Cuánto tiempo duraría escondiéndome de el? Evitándolo: Ubaldo es un recuerdo muy incomodo, con solo que alguien lo mencionara o con el simple hecho de verlo mi sonrisa se borraba y me volvía de color gris, volviendo a sentir esta opresión en mi pecho.

¿Cómo hacerle entender que desaparezca? ¿Qué ya no sonría más? ¿Qué lo quiero olvidar como sea? No puedo fingirlo más, lo necesito demasiado, es eso lo que mas me fastidia necesitarlo tanto y que el ni siquiera me necesite, mi vida es un invento y el ni siquiera lo puede ver ¿Cómo decirle que se acabo? ¿Qué descubrí que es una fantasía: ya una obsesión?

“TE ODIO”, te odio Ubaldo mi mente grita: te odio de la misma forma en que te quiero, Ubaldo, Ubaldo y así me pasaría horas escribiendo su nombre, Ubaldo y con esta seria la cuarta vez que escribo su nombre en esta hoja que no habla y que solo es paciente como lo decía Ana Frank en su diario: “el papel es mas paciente que el hombre”.

Aquella noche no pude evitar llorar por el y no puedo dormir, envuelta en llanto me paro y camino, miro el retrato de mi señor Dios y le suplico que no me olvide, no recibo respuesta alguna, pero se que me esta escuchando, regreso a mi cama, y apago la pequeña luz que ilumina mi trocito de colchón.

Sigo inquieta y me vuelvo a parar, en la oscuridad me siento aun lado de la ventana y con la mirada fija observo que la ciudad descansa de un día tan atareado y me pregunto si ¿Ubaldo puede dormir? ¡Pero que estúpida soy! ¿Sabes que Ubaldo? Vete muy a la chingada, si eso es, ya lo dije y me siento aliviada. Observo con detalle aquel gato que esta en la azotea de mis vecinos y vuelvo a pensar en Ubaldo y es que es inevitable ¿Cuándo podre dejarte ir? Si fuera un poco mas lista no tendría la necesidad de estar así, si me caías tan mal.

¿Por qué me tuve que fijar en ti? Mierda, mierda, mierda y un maldita sea y recuerdo que el olvido es el oficio más difícil de aprender, vuelvo a cerrar los ojos y recuerdo las cosas que tengo que hacer: el jueves tendré que hacer un trabajo en casa de Manuel y el viernes iremos Estrella y yo al ver los vestidos para el baile.

Mañana es miércoles y se que todo esto ha pasado por que Ubaldo es un cobarde, cierro los ojos y me duermo con la esperanza de que mañana será otro día y por favor no te quiero en mis sueños, te quiero olvidar de verdad hasta entonces ¡buenas noches!

Comentarios

  1. esta padre tu historia jaja me encanta maria jaja aveces piensa como yo jeje
    bueno loco de la colina me tengo que ir
    por cierto adivina ¿quien soy?

    atte
    C@8B@LL3R0 N36RO

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